Sin gravedad
-en el escenario de la ausencia-
el poema golpea contra el hombre,
cuestionando el murmullo
que adormece los labios
devastados por la razón.
Y así, la navaja,
lentamente degüella los párpados
trazando coordenadas de in-sentido
que avivan sobre el fuego
la redención de la sangre.
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