Tras la máscara,
el ojo absorbe la tormenta,
agrieta la grieta
y desquebraja sus formas
sobre el espejo de mercurio.
Después,
el relámpago nocturno,
la fosa impronunciable
y el aullido migratorio de los pájaros
renunciando a tu invierno.
Fotografía original: http://www.fotosearch.es/
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