domingo, 1 de junio de 2014

Estatuadesal - En Círculos

No deberías
caminarme en círculos
sabiendote tan cerca del abismo,
que el vacío
pudiera parecerte
un cielo mal herido
al que aferrarnos
rompiendo el universo
contra el suelo.

Estatuadesal - Humillado

Al final,
los sueños
se negaron al deseo.
Me quedé temblando
mendigando un firmamento
entre sabanas de hielo
-a dos metros de ti-
humillado como un perro
abandonado en la tormenta.

Estatuadesal - En los Amaneceres

En los amaneceres,
de la ecuación irracional
que resuelven las palabras
cuando fluyen,
respiras la llama
que maneja los trazos
de este incendio de huesos.
Libre al borde de la muerte,
como animal herido
que se aferra a la tierra
protegiendo sus raíces.

Estatuadesal - El Miedo


El miedo
debilita el ínfimo hilo
que sujeta en la conciencia
los ridículos mensajes de socorro
que rehuimos
hacia nosotros mismos.

Estatuadesal - Faro

                                                   A la memoria de A. Molina

Como faro en la tormenta,                                         
el sueño intacto sobre el azul

 
de la memoria que se duele
señalando el camino de regreso
hasta la orilla
que dio rumbo a nuestras vidas,
unidas para siempre
y sin saberlo
al porvenir y los antojos
caprichosos del destino.

Estatuadesal - El Poeta Miente

Desde sillones incendiados de penumbra,
es fácil cambiar el mundo,
caminar descalzo en la pobreza,
devorar el hambre,
su miseria
y la canción desesperada
de quien lo ha perdido todo.
Pero lo cierto és que el poeta miente.
Ningún poema llenará tu vientre
-ni si quiera este-
aunque sangren sus palabras en la herida
o se alce como un puño ante tus ojos
reclamándole al presente una salida
donde vengan a morir sin pronunciarse
todas las mentiras.

Estatuadesal - Big Bang

Como un Big bang
estallas entre huesos
donde miedo y razón
confluyen
sobre el cable inflexible
que nos consume en el tiempo.

Después
regresa la afonía a su vigilia
para no poder volver jamás
nombrar tu nombre.

Estatuadesal - Pájaro en la Tormenta

Que me quede tu aliento
aún latiendo entre los labios:
temblando
cómo un pájaro en la tormenta.
Rogándole al relámpago
un instante de quietud
u olvido,
donde arrojar por siempre
la memoria intacta
que custodia
el origen de nuestro silencio.

Estatuadesal - La Carga

Desenterrar tu nombre.
Paciente y con palabras,
reconstruir
tu ausencia en el papel,
para de nuevo perderte
tras el suicidio silencioso
de todo punto y final.
Escribir
es portear eternamente
a las espaldas
el cadáver hambriento
de la soledad.

Estatuadesal - En Contra

Del frío
-cómo beso extraviado-
brotó la luz entre cenizas
sobre los labios del tiempo
reescribiendo
una a una las raíces
que anudaban bajo tierra
tu recuerdo a mi silencio. 
Sin saber
que esta vez nombrarte
sería un agrio precipicio
en la garganta
que apuñalara las palabras
del poema
en contra de mí mismo.

Estatuadesal - Sombras de Ausencia

He creído verte
junto a la sombra de la ausencia,
danzabas con la noche
en el vacío de mi alma,
dibujando espirales,
círculos de fuego,
corazones de plata
y la pulsera de los sueños.

Yo gritaba en la distancia,
contra el tiempo y lo imborrable,
gritaba sin distinguirme,
sin encontrarme entre mis huesos.
Pero eran mudas
las palabras en mi boca
y mudas tus respuestas
como suspiros apretados
de fantasmas negros.

Y ardió mi luz
en el silencio de lo exacto,
desplomándose mi cuerpo
sobre la tumba del recuerdo.
Todo oscuridad,
sólo tu sonrisa
como alas de cristal,
sólo tus cartas
como caricias agridulces de esperanza.

Yo,
araña desgarrada por la seda,
tú mis ojos y mi fe,
el deseo y el trigo,
mi valor
y la locura del empeño,

pues aún te busco
en la garganta que me acecha,
en la niebla y en la lluvia,
en el viento
y en este océano inmenso
de soledad eterna.


La Soledad de las Estatuas - 1996