No deberías
caminarme en círculos
sabiendote tan cerca del abismo,
que el vacío
pudiera parecerte
un cielo mal herido
al que aferrarnos
rompiendo el universo
contra el suelo.
domingo, 1 de junio de 2014
Estatuadesal - Humillado
Estatuadesal - En los Amaneceres
Estatuadesal - El Miedo
Estatuadesal - Faro
Estatuadesal - El Poeta Miente
Desde sillones incendiados de penumbra,
es fácil cambiar el mundo,
caminar descalzo en la pobreza,
devorar el hambre,
su miseria
y la canción desesperada
de quien lo ha perdido todo.
Pero lo cierto és que el poeta miente.
Ningún poema llenará tu vientre
-ni si quiera este-
aunque sangren sus palabras en la herida
o se alce como un puño ante tus ojos
reclamándole al presente una salida
donde vengan a morir sin pronunciarse
todas las mentiras.
es fácil cambiar el mundo,
caminar descalzo en la pobreza,
devorar el hambre,
su miseria
y la canción desesperada
de quien lo ha perdido todo.
Pero lo cierto és que el poeta miente.
Ningún poema llenará tu vientre
-ni si quiera este-
aunque sangren sus palabras en la herida
o se alce como un puño ante tus ojos
reclamándole al presente una salida
donde vengan a morir sin pronunciarse
todas las mentiras.
Estatuadesal - Big Bang
Estatuadesal - Pájaro en la Tormenta
Estatuadesal - La Carga
Estatuadesal - En Contra
Del frío
-cómo beso extraviado-
brotó la luz entre cenizas
sobre los labios del tiempo
reescribiendo
una a una las raíces
que anudaban bajo tierra
tu recuerdo a mi silencio.
Sin saber brotó la luz entre cenizas
sobre los labios del tiempo
reescribiendo
una a una las raíces
que anudaban bajo tierra
tu recuerdo a mi silencio.
que esta vez nombrarte
sería un agrio precipicio
en la garganta
que apuñalara las palabras
del poema
en contra de mí mismo.
sería un agrio precipicio
en la garganta
que apuñalara las palabras
del poema
en contra de mí mismo.
Estatuadesal - Sombras de Ausencia
He creído verte
en la niebla y en la lluvia,
en el viento
y en este océano inmenso
de soledad eterna.
La Soledad de las Estatuas - 1996
junto a la
sombra de la ausencia,
danzabas
con la noche
en el
vacío de mi alma,
dibujando
espirales,
círculos
de fuego,
corazones
de plata
y la
pulsera de los sueños.
contra el
tiempo y lo imborrable,
gritaba
sin distinguirme,
sin
encontrarme entre mis huesos.
Pero eran
mudas
las
palabras en mi boca
y mudas
tus respuestas
como
suspiros apretados
de
fantasmas negros.
Y ardió mi luz
en el
silencio de lo exacto,
desplomándose
mi cuerpo
sobre la
tumba del recuerdo.
Todo
oscuridad,
sólo tu
sonrisa
como alas
de cristal,
sólo tus
cartas
como
caricias agridulces de esperanza.
Yo,
araña
desgarrada por la seda,
tú mis
ojos y mi fe,
el deseo y
el trigo,
mi valor
y la
locura del empeño,
pues aún
te busco
en la
garganta que me acecha,en la niebla y en la lluvia,
en el viento
y en este océano inmenso
de soledad eterna.
La Soledad de las Estatuas - 1996
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