Siempre la distancia
rezando escamas
al borde de los labios.
Tristísima.
Como una soga mal lazada,
incapaz de soportar el peso
del cadáver que, en silencio,
se desploma.
domingo, 25 de diciembre de 2011
Estatuadesal - La Llanura
miércoles, 19 de octubre de 2011
Estatuadesal - Lo Sagrado
Si estos versos
mantuviesen intacto
lo sagrado,
como el labio carnal que
-tras el llanto-
musita entrecortado
los recuerdos
que se aferran a la tierra
donde brotan las raices
de todos nuestros muertos,
soplaria en tus alas
el rumor de mis delirios
elevando a lo mas alto
tu destino,
donde el sueño de abrazarnos
sea posible,
como posible es la certeza
de que el viento
sembrará de dunas
el silencio.
Fotografía: Elena Grünstein
viernes, 16 de septiembre de 2011
Estatuadesal - El Desafilador
Ahora
desafilo cuchillos.
Dedicarme con paciencia
a raer sus cantos acerados
y lanzar luciérnagas
al infierno que se agrava
bajo el cielo,
reajusta mi equilibrio.
Dedicarme con paciencia
a raer sus cantos acerados
y lanzar luciérnagas
al infierno que se agrava
bajo el cielo,
reajusta mi equilibrio.
He aprendido
tanto a medir el ancho
de lo profundo
como a no temer
vaciarme por sorpresa
los bolsillos:
tanto a medir el ancho
de lo profundo
como a no temer
vaciarme por sorpresa
los bolsillos:
el secreto
que escondo
es tan tuyo como mío.
es tan tuyo como mío.
Estatuadesal - En Vano
sábado, 18 de junio de 2011
Estatuadesal - Trémula Pérdida
La tarde
densifica el caudal.
densifica el caudal.
En penumbras,
apenas un puñado de sal
confortan
la madriguera del dolor,
el escalofrío intravenoso
que rescata a la memoria
la imprecisa resurrección
del olvido.
Donde una mano no es mano
ni pertenece al recuerdo,
aunque siga adherida a la caricia
que se tradujo trémula perdida
en los desiertos más íntimos.
lunes, 28 de marzo de 2011
domingo, 6 de febrero de 2011
Estatuadesal - Los Secretos del Bosque
a Clara Janés
Advertí una vozy las hojas soplaron
sus cenizas contra el viento,
golpeando suavemente el silencio
que arropaba la corteza
de los últimos árboles con vida.
Y el verdor
-reflejado en tu mirada-
descifró la senda
que conduce a los hombres
donde el Tiempo y la Nada
se fusionan
y desprenden;
transfomándose, al fin,
el alma en oro,
sobre los márgenes indefinidos
de la luz.
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